miércoles, 4 de marzo de 2015

...

Ven, dame un beso que sepa a desesperación, a inmensas ganas. Bésame con un "te extrañé tanto" en la punta de tu lengua y poco a poco húndete en mi boca; respira mi aire, mi perfume, lame mi cuello.

Acércate, besa mis clavículas y clava las yemas de tus dedos en mi espalda, en mi nuca. Acaricia mi cintura, mis senos. Apasiónate.

Siente mi piel que arde bajo tus manos frías y desnúdame desde dentro, desnúdame desde el alma hasta el cuerpo y el aura. Mírame, contémplame, piérdete en cada arruga, cada poro, cada perfecta imperfección, en el olor de mi piel y mi respiración agitada.

Encuéntrate en mi. Sé suave, pero seguro y lléname de tus matices, de tu inmensa ternura y frenética pasión. Lléname. Destrúyeme. Elévame. Tómame.

Y luego déjame hacer lo mismo contigo.