Chaos.

Destrózame otra vez, ahora que sabes bien como hacerlo, a fin de cuentas sabes bien que no he de huir. A fin de cuentas sabes que siempre que me llames estaré a tu puerta, esperando que te decidas a abrir. Ojalá ella se aferre a tu mirada como lo hacía yo, ojalá que te quiera la mitad de lo que yo te quiero, ojalá ella no te pierda, como yo.

Las pasiones violentas tienen finales violentos. Y tienen en su triunfo su propia muerte. Como fuego y pólvora que al besarse se consumen.

Cómo no extrañarte, si eres todo lo que ni siquiera sabía que tenía.
Cómo me dueles en los labios, en las manos, en las miradas.
¿Para qué las palabras bonitas? ¿Para qué preocuparse por mí? ¿Para qué quiero tus buenos deseos? Si no estás aquí, si sigues con ella.


El logró en mí lo que muchos intentaron sin éxito, quizá eso lo vuelva inolvidable.

Te extraño.

La razón quiere que el silencio & yo nos sentemos juntos a la mesa, mientras el dolor se asoma por el marco rojo de las ventanas. La razón pide un vodka doble en las rocas, con limón. A mí sólo me quedaron ganas del mezcal, mientras el silencio negaba con gesto ausente toda recomendación hecha por la mesera.

La razón sabía que no podría hacerme entender, el silencio esperaba por una respuesta de mi parte, el dolor no dejaba de espiar, mientras yo, embriagada en soledad sólo pude exclamar: "Te extraño".

La razón se dio por vencida y de pronto el silencio se rompió en pedazos, mientras el dolor entraba por la puerta principal & hacía posesión de mi cuerpo, pues sabía que mis palabras, pronto se convertirían en balbuceos, y el balbuceo se convertiría en llanto...

Me gustas cuando callas.

Algún día, no sé cuándo, no sé bajo qué circunstancias, te recitaré ese poema. No importa si es lo último que de mi boca escuches, pero no puedo quedármelo en el pecho, no puedo dejarlo sin ir a ti.

Soy.

No soy, no he sido y nunca seré lo que quieres que sea.
No soy, no he sido y nunca seré lo que quisiera ser, para ti.

Soy: viento lascivo, carnalescencia letal, llamarada ígnea de sentimientos y despojo. Un alma perdida, como cualquiera. Como yo misma.
Soy: dolor encarnado, sonrisas fingidas, sufrimiento elegido. Soy mercenaria por gusto, elección.
Soy: la tristeza de sentir que mi cuerpo pertenece a alguien más, de creerme libre y seguir atada a ti.
Soy: La ira que desborda alguien que muere de dolor.
Soy: La confusión, que se clava como alfileres en una mente cansada y harta de llorar.

Ustedes no entienden la fuerza en sus palabras, la intensidad en sus letras, el dolor en su ser. Un 10 de Junio, lo admito, fue la fecha en que mis letras dejaron de pertenecerme, desde entonces, todo en mí, es de él.

Hipocresía.

Nunca sentiste nada por mí. Sólo buscabas una oportunidad para decir las palabras bonitas que aveces inventabas, sólo fui quien te dio la oportunidad de recitar poemas, de dedicar canciones, de fingir que sentías todo aquello a lo que la gente canta, tu pretexto para sentir calor, tu remedo de amor. Fui tu fuente de besos personal, es en la que podías llegar y servirte hasta saciar, para luego desechar y pagar a base de engaños y frialdad. Sólo fui un agujero en el que podías depositar tu sexo y tomar hasta estallar en gritos placenteros, la boca de la que escuchabas las palabras que querías oír, oídos que te escuchan incluso cuando no tienes nada que decir.

Tu vía de escape, tu muñeca inflable, el calor de un abrazo, todo sin entregar nada a cambio.

Caught.

Estoy atrapada en un mundo donde cualquier forma de expresión libre es penalizado & visto como algo ofensivo.
No puedo ser yo, no puedo hablar ni decir lo que yo quiero, soy una esclava dentro de mi propio cuerpo. Lo que escribo es criticado, mi manera de vestir es criticada, & aveces siento que incluso el ritmo de mi respiración es vigilado por alguien que pretende decirme que hasta eso hago mal.

Estoy cansada, tengo frío, me duele la vida, la voz, las letras, me duele la carne que está bajo mis uñas, me duele mi sexo, me duele todo aquello que no puedo expresar, me duele todo lo que no puedo vivir.