lunes, 29 de octubre de 2012

No sé.

Un alma rota no deja de penar hasta que logra su cometido: descansar en paz.

Eres la comezón en una herida que aún está abierta, eres la sensación de sofoco bajo el agua, eres el nudo en la garganta delante de un público grande.

Blanca mujer, si supieras cuánto anhelo que tomes mi vida, que sanes la herida que no deja de sangrar. Que me regales una sonrisa con tus dientes aperlados, como señal de que esta vez sí me cubrirás con tu manto de noche sin luna.

jueves, 25 de octubre de 2012

Verte dormir;



Tomo la pluma y empiezo cada carta diciéndote un "Hola" mientras empiezo otra, termino por llenar una bolsa de papeles destinada a ti, con el mismo remitente. Pasan las horas, la hoja sigue en blanco, teniéndote de frente es todo lo contrario; pero es que tengo miedo de que falte algún punto, quiero hacerlo bien, no como el resto del mundo.

Quiero que te enteres que un "perdón" no pretendo, que no me perdones, seguro que lo entiendo. Quiero que te enteres que el error que cometí, lo hice por mí, POR AMOR A MÍ. Porque sé que tú por amores no te paras, lindos como tú acaparan las miradas. Yo me retiré, no porque no me importaras, sino porque todo lo que hacías me mataba.

Y me dejaste con el corazón en pedacitos chiquititos chiquititos, que si miras con un microscopio no los puedes ver. No soy tu mujer, y aún así el adiós llegó al amanecer. Porque tú como yo pides libertad a gritos,  nunca lo entendí porque no era así. Yo solo quería que tu fueras para mí y por consecuencia, ser lo mismo para ti.

Porque todo por servir se acaba, dijo mi abuelita, pero nunca dijo lo cabrón que se sentía, que llorabas ácido que quema mejillas, y un sabor a sal que perdura todo el día. Y esos besos con esa boquita, quedan atrapados como aquella primer cita. Yo solo quería mirarte dormir, quería imaginar que pensabas en mí. Pero todo acabó y hoy te miras tan bien que si vuelves conmigo no sé qué hacer, porque nunca supe lo que te necesitaba y tú nunca entendiste todo lo que te anhelaba.

Mientras tanto mi mundo se cerraba, volvía todo lo que no quería que me regresara. Mi oxígeno perdía y de ti yo no sabía, porque ni una llamada tuya yo me merecía. Había jurado que por ti no sufriría, pero este pendejo corazón es tan idiota, que sigue esperando a que le llegues y al final del día siempre se queda en la nada.

Yo estoy gozando de un coraje momentáneo, pero estoy acostumbrada por tanto que he pasado, de todo siempre salgo aunque no siempre ilesa, tengo orificios de cañón por cada beso. En cada parte de mi cuerpo quedó con tu boca. Mientras te esperaba, más te me alejabas, de que te adoraba tu no lo recordabas, siempre las mejores excusas encontrabas.

Yo no soy Dios ni pretendo dar el kilo para merecerte, para enamorarte. Ya para qué extrañarte cuando es pérdida de tiempo, no creo que llorando pueda regresar el sueño de verte dormido, en un espejo reflejados, tu cara, mi cara, dos almas encontradas. No me queda nada más que en la cabeza, de tanto pensarte se acabaron las ideas.

Sobra decirte que te quiero todavía, y que como yo nadie llegará a tu vida, que tu sonrisita conmigo brillaba, que muy en el fondo sí me consta que me amabas. Que cada vez que conmigo te peleabas, al pendiente de mis tweets estabas, que cualquier pendeja que te llegue en el futuro, la compararás conmigo, yo te lo aseguro.

Mas sin embargo, si entiendes el mensaje y se me quita el coraje, buscamos kola-loka y pegamos los pedazos chiquititos chiquititos que si miras con un microscopio no los puedes ver, y empezamos otra vez y a la carta que te escriba, le pondré "Posdata: Plis, llámame, mi vida. Que no quiero estar ningún puto día sin ti." y al final el cuento terminará muy feliz...

domingo, 21 de octubre de 2012

Regresa, regresa, regresa.

He aprendido a maldecir la hora en que aprendí a volver el tiempo atrás, tan fácil como presionar un botón y hacer una regresión de varios cientos de lunas, poco más de 365. Vuelves y te encuentras en un mundo diferente, donde nada es igual, y te encuentras a ti misma en diferentes circunstancias.

Vuelves y te encuentras aún más rota de lo que estás hoy, ves a la vida pasar entre almohadas remojadas y ojos hinchados, cortes de cabello, tintes, ropa nueva, ropa de segunda mano y todo lo que fuera necesario para parecer cualquier cosa, menos lo que en realidad eres. Cuentas los minutos con gotas de sangre y cada día es una nueva herida que te encargas de no dejar cerrar. Luego no puedes soportarlo, decides regresar un poco más y te miras tan plena que ni siquiera puedes creer que eres tú.

Él te dio todo: salud, vida, felicidad, amor, plenitud, despertó en ti un instinto que había permanecido oculto durante toda tu vida, abrió tus piernas y te desnudó el alma; te entregaste en todas las formas posibles y eras feliz, nada mas te importaba. Un momento estabas escribiéndole cartas que nunca le ibas a entregar, y al siguiente bailabas al son de Dreams por toda la casa. ¿Acaso nunca tuviste miedo de ser quien ama más? ¿Que no sabías que tenías todas las de perder? ¿Qué nunca notaste la forma en que dejó de mirarte, dejó de escribirte, y dejó de sentirte una vez que te tuvo completamente? Me enfermas, necesitas regresar.

Bienvenida al punto neutro, ¿te gusta? tienes todo cuanto quieres en cantidades monumentales, debería ser suficiente ¿no?... Mira, publicó en tu muro, total, no le contestes, no significa nada para ti. ¿Deudas? Un libro, un café, una plática, una salida, un abrazo, "Sí", "Claro", "Cuando quieras y tengamos tiempo". ¡Ojalá te hubieras quedado ahí para siempre! Era tan fácil tratar a todos con el mismo desdén e ignorarlo no producía nada, solo ese inconfundible placer de sentirse deseada por uno más del montón...

Ya no más, no quiero volver a regresar.