jueves, 7 de agosto de 2014

¿Qué tengo que hacer antes de morir?

Poner las manos en alto y esperar el disparo directo a la frente.
Bajar de peso.
Comer mejor.
Comer peor.
No comer.
Hacer ejercicio.
Masturbarme menos.
No ver porno.
Parar de idealizar a los amantes.
Parar de idealizar las relaciones.
Dejar de fantasear sobre asesinar a mi madre.
Asesinar a mi madre.
Comerme una cucaracha.
Beber más aguardiente.
Hacer alguna broma con sangre menstrual.
Endulzar el té con chocolate.
Gritar un poema desde el kiosco más alto de la ciudad.
Leer más.
Escribir más.
Criticarme menos.
Dejar de rascarme hasta hacerme sangrar.
Dejar de arrancarme los pellejos de los dedos.
Hacer llorar a un bebé, sin tocarlo.
Asustar a mi primo más pequeño.
Darle un juguete a mi primo más pequeño.
Vestir de forma ridícula.
Dejar de pellizcarme la nuca.
Correr en círculos.
Recostarme todo un día en la plaza principal.
Llorar menos.
Ser más neutral.
Agregar más puntos a la lista.
No suicidarme hoy.
No suicidarme hoy.
No suicidarme hoy.

sábado, 2 de agosto de 2014

Microcuento para dormir.

Era una vez una niña con cabello de algodón, labios de rubí y piel de cristales de colores, que bailaba todos los días en la plaza de su pueblo, para que todos vieran su piel de vitral, un día conoció a un niño de piedra y se enamoró de él. Cada vez que se abrazaban la piel de cristales se rompía un poco y el niño de piedra se lastimaba por la erosión... Tras su relación sólo quedaron pedazos de la niña, y el diamante que su amor ayudó a pulir.