Estaba frío y no había luna,
había un martini y su aceituna,
encontré muertos en nuestra cuna.
Ya casi es la una
y entre nopales y tunas,
no consigo llegar a la duna.
De puras lágrimas armé una laguna,
intentando llenarte de forma alguna,
de tenerte en la cama con pasión perruna,
llorando a chorros por ser inoportuna.
En este cuento soy yo la que ayuna,
en esta tortura, no encuentro fortuna.
"Como a ninguna" dijiste,
"Como a ninguna" juraste,
"Como a ninguna" gritaste,
"Como a ninguna" lloraste,
"Como a ninguna" gemiste,
"Como a ninguna" mentiste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario