sábado, 24 de diciembre de 2011

Hipocresía.


Nunca sentiste nada por mí. Sólo buscabas una oportunidad para decir las palabras bonitas que aveces inventabas, sólo fui quien te dio la oportunidad de recitar poemas, de dedicar canciones, de fingir que sentías todo aquello a lo que la gente canta, tu pretexto para sentir calor, tu remedo de amor. Fui tu fuente de besos personal, es en la que podías llegar y servirte hasta saciar, para luego desechar y pagar a base de engaños y frialdad. Sólo fui un agujero en el que podías depositar tu sexo y tomar hasta estallar en gritos placenteros, la boca de la que escuchabas las palabras que querías oír, oídos que te escuchan incluso cuando no tienes nada que decir.

Tu vía de escape, tu muñeca inflable, el calor de un abrazo, todo sin entregar nada a cambio.

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