Fue entonces que una ola de preocupaciones llenaron su cabeza de tapujos, tantas cosas pasando de un momento a otro, sin pedir permiso & sin tiempo de que lo meditara.
-"He perdido una de las reliquias familiares más importantes, perdí uno de mis aretes italianos, hechos con plata fina e incrustaciones de rubí, pertenecientes probablemente a una duquesa, de fina familia, de finas intenciones, era hermoso, en toda la extensión de la palabra, el rubí brillaba tanto que me cegaba los ojos, & sus ojos, se encontraban con mi mirada vacilante, su rostro, tan fino & tan fuerte, sus labios, tan dulces & ardientes, pero a la vez fríos & seductores, sus brazos; delgados & fuertes, su cara, su cuerpo... ¿Cómo fue que lo perdí?, ¿qué hice mal?, ¿qué hice bien?, ¿qué debo hacer para no olvidarle?, ¿cómo libero estos pensamientos pretenciosos que invaden mi mente? & mi cabeza se quebranta, & la sostengo tan fuerte, casi exprimiéndola para evitar que colapse"- & esta vez alguien lo notó... Notó su inevitable mueca de dolor al recordar dicha pérdida. "Señorita, ¿está usted bien?" preguntó el mesero, acercándose con la tetera & el café recién salidos del fuego. "Sí, estoy perfectamente, es sólo que perdí mi arete". ERROR
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